jueves, 15 de octubre de 2009

Tenemos derecho a crecer y a equivocarnos. A que nos den un abrazo si regresamos destruidos, a que nos llenen de besos si acertamos al camino, porque nuestra obligación primera es con nosotros mismos. La vida no es sencilla, ni imprevisible y nos obliga muchas veces a tomar nuestras propias decisiones. Sentir que se nos acelera el pulso, que nos llenamos de pasiones, que caminamos al borde del abismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario