viernes, 16 de abril de 2010

Esta lúgubre manía de vivir, esta recóndita humorada de vivir, te arrastra Agustina, no lo niegues. Hoy te miraste en el espejo y te fue triste, estabas sola. La luz rugía, el aire cantaba, pero tu amado no volvió. Enviarás mensajes, sonreirás, tremolarás tus manos, así volverá tu amado tan amado (o eso quieres creer).
Oyes la demente sirena que lo robó, el barco con barbas de espuma donde murieron las risas, recuerdas el último abrazo. Nada de angustias, ríe en el pañuelo, llora a carcajadas; pero cierra las puertas de tu rostro, para que no digan luego que aquella mujer enamorada fuiste tú. Te remuerden los días, te culpan las noches, te duele la vida tanto, tanto.
Desesperada, ¿a dónde vas? Desesperada, ¿a dónde vas con toda tu tristeza?

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