viernes, 9 de abril de 2010

Si se callase el ruido, oirías la lluvia caer limpiando la ciudad de espectros, te oiría hablar en sueños y
abriría las ventanas. Si se callase el ruido, quizás podríamos hablar y soplar sobre las heridas; quizás
entenderías
que nos queda la esperanza.

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