Lejos, lejos de casa,
no tengo nadie que me acompañe a ver la mañana. Y que me de la inyección a tiempo,
antes que se me pudra el corazón. Ni calienten estos huesos fríos, nene. Y realmente quiero que te rías, y que digas que es un juego, no más.
O me mates este mediodía, nene...La ciudad se nos mea de risa, nene..
No hay comentarios:
Publicar un comentario