Ella soñará un verso que él
nunca escuchará. Él
no trepará sus trenzas una noche de invierno. Ella soñará un viaje y no habrá despedidas,
ni canciones de amor, ni Capuleto y Montesco. Crecerán y en la espuma del tiempo
se deshacen sus sueños. No quedará ni un recuerdo, ni en la noche un lamento.
Quizá una leve herida que lavará el olvido o el agua de la clepsidra..
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