Había una vez un país embrujado, lo había tomado una junta
militar. Miles de almas desapareciendo, nosotros atentos
mirando el mundial. Entre mates y asados se me olvidó el
pasado, esos asesinos ¿a dónde quedaron?. A los genocidas
obediencia de vida, brindan suspiros y un punto final.
Madres y abuelas llorando sus penas, retumban mis venas y
van a estallar. Madres y abuelas llorando sus penas,
retumban mis venas y van a estallar. Y es así, lo sabes,
1976. Y es así, lo sabes, podrías desaparecer. Lavaron
cerebros, quemaron cabezas, un único lema “prohibido
pensar". Vos no te metas; algo habrá hecho; son subversivos,
hay que aniquilar. Perdimos la memoria, borramos la historia,
solo unos pocos gritamos nunca más. Comunicado número
uno, el pueblo está obligado a no recordar. Madres y
abuelas llorando sus penas, retumban mis venas y van a
estallar. Madres y abuelas llorando sus penas, retumban mis
venas y van a estallar.
(La memoria apunta hasta matar, a los pueblos que la callan y no la dejan volar; libre como el viento.)
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